lunes, 22 de octubre de 2012

Capítulo 1: Reencuentro

Después de graduarme he encontrado trabajo en una gran empresa, no me va mal y valoran mi trabajo, pero no tengo tanta libertad para investigar. Menos mal que tengo tres meses de vacaciones, porque en verano he estado en una gran excavación por Grecia, y creo me lo merezco. 
Como me gustó tanto el lugar donde estuve hace ya tres años, he decidido volver y disfrutar de las olas y sus playas. Oscar me ha dicho que me espera en el parking del aeropuerto, dudo mucho que este. Él en cuanto ve a una chica bonita desaparece del mapa... Sacudo la cabeza divertida, aunque fuera así lo quiero, es como un hermano. El avión aterriza a las dos horas de salir, no recuerdo que tardara tan poco, aunque a mí se me hizo eterno por culpa de un compañero plasta... ya ni me acuerdo de cómo era ni su nombre... Suspiro, me acabo de bajar del avión y he recogido la maleta, me dirijo al parking sonriendo, pero nada más llegar confirmo mi presentimiento. Oscar no está para recogerme.
Vuelvo para arriba y voy hacia donde están los taxis, estoy tan absorta en mis pensamientos que no me doy cuenta del chico que viene enfrente mía provocando que nos chocáramos y cayéramos al suelo. Me ayuda a levantarme y durante unos minutos me quedo observándolo. Era mono, alto, algo musculoso, barba de un par de días y bonita sonrisa. ¿Quién es este apuesto y caballeroso desconocido?
Cómo conseguí el trabajo que tengo ahora... la verdad, no estoy seguro... Pero la verdad que es bastante bueno, y pagan bien. No me extraña, dado el riesgo que conlleva.
Tras graduarme, dedique mi tiempo a viajar por el mundo, aprender cultura, y, ¿por qué no decirlo?, a pelear.
Lo primero que hice a mi vuelta fue cortar mi pelo. Me había hartado de esa melena... y me afeité, dejando una barba corta. No me quedaba nada mal. 
Entonces decidí tomarme unas vacaciones, antes del primer día oficial de trabajo.
Decidí volver al Caribe, había estado anteriormente, cuando hice la tesis, y me había gustado, aunque el motivo de mi viaje había sido bien distinto... 
Al llegar respire el aire costero. Me encanta el olor al mar.
Me instale en el hotel, y pase el día en la playa, bronceándome.
Al día siguiente me acerque al centro, para recoger unos encargos, cuando de lejos vio a una joven más o menos de su edad. Era la joven más guapa que había visto. 
Sonrió. Quiero acercarme a ella. Poco a poco me voy acercando, ella estaba distraída, buscando a alguien... Me choco con ella, pero no calculo bien y cae al suelo.
"Mierda" pienso.
La ayudo a levantarse, arrepentido por la broma, y le sonrió.
-Lo siento, no me di cuenta-le tiendo una mano para levantarla.
-No pasa nada, la culpa fue mía, iba distraída-se excusa ella sonrojándose.
Le ayudo con las maletas y le doy una grande y alargada, tiene forma de tabla de surf pero no estoy, no tiene pinta de surfista, más bien de modelo o algo de ese estilo. Me quedo mirando embobado durante unos minutos la funda intentando averiguar si es lo que creo que es.
-Una pregunta, ¿haces surf?
-Sí, adoro el surf, es una de mis pasiones, ¿por qué lo preguntas?
-Porque yo también surfeo y por la forma de funda pensé que puede ser eso-le sonrío y le guiño un ojo.
-Vaya que coincidencia-me sonríe y vaya sonrisa-¿sabes dónde puedo coger un taxi?
-Sí, justamente en la entrada del aeropuerto, es para ir a tu casa supongo.
-No vivo aquí-dice entre risas-eres muy gracioso chaval.
-¿Ah no?-pregunto azorado-He metido la pata, ¿de dónde eres?
-De Phoenix ¿y tú?
-De Málaga, un sitio increíble.
-Alguna vez estuve allí de niña-dice mientras andamos hacia la salida.
-¿Por cierto, en que hotel te alojas?
-En el Four Seasons.
-Anda igual que yo, ¿te llevo en mi coche?
-Bueno…-dice azorada-si no es problema, vale.
-Entonces no hay más que hablar, te llevo-digo mientras cargo sus maletas y ella lleva su tabla de surf.
No sabía quién era aquel joven... ni sé por qué me monté con él... bien podía haber sido un violador... pero no, no tenía pinta de eso... parecía buena persona...
- Bueno- le pregunté- ¿en qué trabajas?
- Ahora mismo no tengo un trabajo propiamente dicho.- me dice él, sonriendo, y girando el volante para dirigirse al hotel.- Acabé hace un año la carrera de arqueología...
- ¡No me digas! ¡Yo también!
- ¡Genial! ¡Qué coincidencia! ¿Y a qué te dedicas?
- Bueno, tengo empleo en una empresa de investigación arqueológica... y ahora me han dado unas vacaciones.
- Estupendo- dijo y sonrió. Su sonrisa era bonita.- Yo he estado este año viajando por el mundo, aprendiendo distintas culturas, arte... 
-Tiene que ser muy bonito.
- Lo es. Sobre todo Grecia, me fascinó.
-Grecia, es una pasada, adoro ese país-le sonrío-el año pasado estuve allí en una expedición y me fascinó.
-Es un sitio donde hay mucha magia, o eso sentí yo-dije embobada por su sonrisa sincera.
-Estoy de acuerdo contigo…
En ese momento llegamos al hotel y me ayuda con las maletas, en la recepción me dieron las llaves y se ofrece de nuevo, a ayudarme, es todo un caballero. Me empieza a caer bien a pesar de lo poco que lo conozco, aunque también me recuerda a alguien, pero no caigo en quien puede ser.
Llegamos a mi habitación, era una de las suites, entramos y soltamos a la vez un silbido de sorpresa, es grandísima. Se despide de mí dándome un beso en la mano y llevándose con él la promesa de una cena esta noche entre los dos.
Los dos jóvenes pasaron la tarde bastante nerviosos por la cita que aquella noche tendría lugar.
Alex había preparado su mejor traje, negro con rayas grises, una camisa blanca, y corbata gris oscura. 
Lizzy había preparado un vestido de noche, bastante bonito, negro, con la espalda al aire, y un chal.

Era muy pronto aun... apenas había pasado el almuerzo... así que Lizzy decidió ir al gimnasio, a boxear un poco y así quitarse tensión del viaje.
Cuando llega al gimnasio con vendas en los nudillos para golpear al saco, encuentra allí a alguien conocido.
- No lo puedo creer- dice entre risas.
Él se gira, y le sonríe. 
- ¡Buenas tardes! dice.- ¿Qué, le das al saco?
- Justo a eso venía- contesta la joven.- Me encanta la pelea.
- ¿En serio? Oye, he pensado... A lo mejor puede ser interesante... Una pequeña pelea... uno contra otro.
Ella acepta sin titubear
- ¡Genial!- exclama Álex.- ¿Qué reglas ponemos? Por ejemplo... no golpear cara, pecho ni... zonas bajas, ya sabes, son muy importantes- dice Alex, con un pequeño guiño
- Jajajaja, pues si no vale golpear el pecho ya me dirás donde te golpeo, ¿tan miedica eres?- le pica ella con una sonrisa
- Vamos, no me piques... - dice él riendo... - de acuerdo, podemos golpear pecho...  ahora... ¿solo puños? o ¿también patadas?
- Las dos cosas- dice con los ojos brillantes- que sea más emocionante 
- Vaya con la señorita, te va el riesgo, ¿eh?
- Adoro los retos chaval
- Vaya, algo que tenemos en común. Me gusta- dice, sonriendo pícaramente.
- ¿Subimos al ring?
Ambos jóvenes chocan los puños y se disponen a empezar. Suben al ring, y se colocan. Lizzy se engancha en una cuerda y entra dando una voltereta al ring, se incorpora con algunos mechones de pelo en la cara y le sonríe a Alex.
- Buena voltereta, sonrisas - dice Alex, guiñándole el ojo- nada mal.
¿Qué te parece un solo asalto?
- ¿Tan flojo estas que necesitas un asalto? Dice su guapa rival, riendo a carcajadas.
- Mírala, muy graciosa... solo es para hacerlo más interesante
- Ya, ya, ya... viejo...-murmura.
- ¿Cuantos asaltos propone usted, jovencita?- dice imitando un tono de voz de anciano, que hace reír a Lizzy.
- ¿Sería demasiado para usted tres asaltos?-dice imitando a una niña.
- Bueno... mis machacados huesos pueden arrepentirse... pero de acuerdo
- Jajajaja,  intentaré no machacarte mucho- sonríe angelicalmente
- Veamos quien machaca a quien- Álex sonríe también
-No serás capaz de machacar a una pobre niña, ¿no?
Levanta la mirada hacia sus ojos y los mira angelicalmente
- Y esta pobre niña...  ¿es capaz de golpear a un anciano desvalido?
- Pinta de anciano desvalido no tienes.
-Tú tampoco de pobre niña pequeña
- Lo sé.
Nada mas decir eso, le asesta un puñetazo en el hombro
Eii, serás tramposa- dice Álex, entre risas. Hace crujir los dedos de sus manos.- Te vas a cagar.-Alza el puño contra la chica, quien esquiva el golpe ágilmente
- Eso ya lo veremos- dice mirándolo desafiante-no soy una principiante.
- ¿Sabes qué? yo tampoco- hace un amago para golpear a Lizzy por la izquierda, pero ella lo esquiva y Alex golpea en el costado a la chica.
- Buen golpe, pero eres demasiado lento-dice mientras lanza un puñetazo hacia la derecha y una patada en el costado izquierdo
Alex casi esquiva el golpe saltando hacia el suelo y girando, levantándose rápidamente y dando una patada detrás de las rodillas de la chica para que perdiera el equilibrio. Una vez en el suelo, él se echa en lo alto, y le dice:
- ¿Te rindes?
Ella sonríe lentamente, acerca su cabeza a la suya y le susurra al oído:
- Yo nunca me rindo-y aprovechando su desconcierto, se lo saca de encima y salta unos metros lejos de él. Empieza a bailar un poco mientras él se levanta
-Juego sucio... no es algo que me guste... Pero podría perdonártelo por ser tú.
Se acerca a ella, ella alza la pierna para darle una patada, él se agacha, la esquiva, le coge la pierna para hacerle una llave, pero se suelta y salta por la espalda de Alex, intenta golpearle con el codo, pero el joven se gira rápidamente, y bloquea el golpe.
- Jajaja, esto se pone divertido
Corre hacia él, salta y le da una patada en la espalda
- Sé luchar, guapo.
Alex se levanta rápidamente, y aprovecha que su rival corría acercándose para golpear el estomago de una patada.
Sacude la cabeza y toma impulso de las cuerdas
Sale disparada hacia delante, esquiva una nueva patada y un puñetazo y clava un golpe certero en el estomago tumbando al rival.
- Lo haces genial- dice Alex, sonriendo a Lizzy, respirando agitadamente.
Hacía 5 meses que no tenía una pelea tan buena. – Creo que podemos dejarlo por hoy.
- Como supuse un asalto era justo para ti. Se recoge el pelo en una coleta alta.
- No he dicho que me rinda, pequeña... solo posponemos el segundo asalto. ¿No has visto la hora que es?
Ella mira el reloj de la pared. Son las 8 de la tarde. La cena en el hotel era dentro de una hora...:
¡Oh! ¡Tengo que ir a ducharme!- dice con exageración. Lo mira y ve que está sorprendido así que se limita a reír
- Es broma, no me preocupa la hora.

- Bueno señorita, tal vez para usted no, pero para mí la puntualidad es importante.
- No soy de las que tardan horas en arreglarse. Todavía tengo media hora para nada- dice riendo.
Alex coge la mano de su compañera y se la besa.
Seguro que estarías genial aunque fueras como estás ahora- y le guiña un ojo. Entonces ríe.
- ¿De qué te ríes?- dice, totalmente seria.
- Tranquila, solo te he hecho un halago
- Aparta. No me creo los halagos
Y cogiendo su toalla, sale del gimnasio.
Alex corre tras ella.
-Espera, le dice. Ella se detiene un momento.
- ¿Qué quieres?
- Lo siento- dice él- no quería ofenderte
- No lo has hecho. Solo que no creo en halagos. Siempre que lo dicen es porque quieren algo.
- ¿Nunca han sido sinceros contigo? Yo lo decía de verdad
- No es eso. Simplemente no me siento cómoda con ellos. Siempre van con
Segundas intenciones.
- Yo no soy como los demás. Lo siento. Prometo no volver a hacerlo. ¿Amigos? -y tiende su mano hacia ella
Ella se empieza a reír a carcajadas, le da un golpe amistoso en el hombro y tras colgarse la toalla se dirige a la piscina aún riendo
Alex se queda perplejo, y sonríe. Esta chica es única, piensa. Y se dirige a su habitación a arreglarse
Llega a la piscina y se pone a nadar pensando en lo diferente que es ese chico de cualquier otro.
Hace 10 largos completos, ida y vuelta.
Mira el reloj y se da cuenta de que son las 8:50.
Sale corriendo de la piscina y corre a su habitación a arreglarse justo cuando va a llegar se choca con alguien completamente arreglado.
- ¿Oscar? ¿Qué haces aquí?
- Tengo una cita, pequeña. ¿De dónde vienes con esas pintas?- dice con voz desagradable.
- Vengo de hacer gimnasia, cosa que no te vendría mal...-Oscar había engordado mucho en aquel año. - ¿Por qué no me recogiste en el aeropuerto?
- Había pasado la noche con una morena, no pude ir...
- Podrías haberme avisado... Aunque da igual, gracias a ti he conocido a alguien...
Oscar se puso a la defensiva.
- ¿A quién?
- No sé ni cómo se llama ni de dónde es... Solo que es un chico genial.
Y dicho esto, se fue, dejando a Óscar perplejo.
- ¡Pásalo bien en tu cita!- le dijo de lejos.

Eran las 21:30.
Alex aguardaba con su traje al pie de las escaleras. Entonces ve bajar a su joven amiga, espléndida.
Al verse, ambos se sonrojan.
Alex tiende su brazo, ella lo agarra, y juntos se dirigen hacia la que sería una cena inolvidable.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Prólogo


Estaba a punto de empezar el mes de octubre. Los días comienzan a acortarse, y las noches son más frescas. Es un mes especial para los niños, puesto que a finales de mes, se celebra Halloween, una costumbre adoptada no hace mucho.
Pero para los estudiantes del último curso de arqueología, era un mes bastante duro, pues el profesor López, el más duro de toda la universidad, por no decir cabrón, había pedido la tesis doctoral a finales de noviembre.
Mientras el profesor daba su explicación sobre el tema de la tesis, Álex, uno de los alumnos más brillantes de la clase, estaba absorto mirando uno de los asientos más a su izquierda, a una de sus compañeras... que le devolvió la mirada, y le hizo un gesto burlón. El timbre sonó, y oyeron al profesor decir:
-A partir de mañana tenéis un mes libre para realizar vuestros trabajos. Os espero después de navidad.
La chica a la que antes miraba Álex se acercó a él y le dijo en tono de burla:
-Ei, mimadito- le dijo Elizabeth, con una sonrisa burlona.- Si hubieras estado atento en vez de mirarme tanto sabrías que nos han puesto juntos para el trabajo.
- Vaya... Pues menos mal que su Alteza si estaba atenta.- Álex hizo una reverencia.- Será genial hacer el trabajo con la princesa de clase.

- Vete a la mierda-dijo Elizabeth riendo, dando una torta al brazo de Álex.
Alex respondió agarrando la mano de Elizabeth, y besándosela.

-Nos vemos más tarde, majestad. 
-No lo creo. Tengo que hacer un viaje y mi avión sale en dos horas.
-¿Te marchas? Tenemos que hacer el trabajo.
-Yo me marcho cuando tengas tu parte mándamelo, yo hare mi parte donde voy a disfrutar del sol y a surfear. Aur revoir niño mimado.
-¿Tomar el sol? ¿Surfear? nos dan un tiempo libre para la tesis y tu te vas a la playa?  Ni hablar, señorita. Somos compañeros de trabajo, y este tiempo lo vamos a pasar juntos. Así que cariño-dijo Álex, guiñándole el ojo-donde tu vayas, iré yo. Así que voy por mi billete.
-Me da a mí que no...-murmura ella cuando él se aleja-¡Por cierto me voy a florida!-le grita.
Tras eso la joven se marcha en dirección su coche, no iba a dejar que ese niño pequeño le estropeara su tesis. Llega al aeropuerto y para su alivio no está él. Factura las maletas y se dirige hacia su avión, después de arrancar se tranquiliza había conseguido que el joven no la siguiera. La joven se relajó en su asiento, cuando el avión despegó. Había dejado atrás a Álex. ¡Qué mal le caía ese estúpido y sinvergüenza niño mimado. Se dispuso a ver la película del avión, una muy mala en blanco y negro, con subtítulos. De pronto, una mano se le posó en el hombro.
- Se ha equivocado, alteza, este vuelo no va a Florida- y acto seguido, le besaron el cuello.
Elizabeth se giró. No podía creerlo. Justo detrás de ella, estaba sentado Álex.
-¿Se puede saber que haces Tú aquí?
-Mis padres que me han obligado a ir con ellos al Caribe a ver a la familia y ¿no se iba su alteza a florida?
La joven levanta la mano y le da un guantazo, acto seguido se levanta de su sitio y se marcha al pequeño bar que había detrás para tomar algo y alejarse de ese engreído y egocéntrico niño. Estaba que echaba humo no entendía como se había tomado tantas confianzas, no había quien lo tragara y no entendía como todas las chicas se morían por él. La joven estaba cada vez mas mosqueada por lo que cambio de asiento para no encontrárselo más. En la barra pidió una copa, que bebió casi de un trago. Apoyo su cabeza en ambos brazos, en la barra. Entonces el camarero se acerca a ella con otra copa.
- No he pedido nada.
- Invita aquel joven-dice el camarero.
Ella mira a donde señala el camarero. Álex le hace un gesto con los dedos de la mano."Qué vuelo más largo me espera" piensa Elizabeth. Le dirige un corte de manga a Álex. Él se ríe, recoge su melena en una elegante cola, y se apoya en el respaldo de su asiento, para dormir las horas de vuelo que quedaban.
Sonríe con malicia al ver como se duerme, deja pasar unos largos minutos luego de un trago se bebe la bebida. Se acerca al joven y con un rotulador le pinta la cara, luego le echa migas de pan dentro de la ropa, ya que tenía que aguantarlo durante todo el viaje se divertiría a su costa.
Se aleja y se recuesta en su sitio, cierra los ojos y cuenta durante dos minutos, luego oye como el joven se divierta y suelta una exclamación al descubrir las migas sobre su cuerpo, se pensaba que eran hormigas, el personal del avión corre en su ayuda.
Ella en su interior no puede evitar reírse, lo mira y le guiña un ojo antes de ponerse a leer un libro. El avión aterrizó finalmente. Los pasajeros bajaban del transporte, y se disponían a ir a sus lugares de destino. Elizabeth se puso unas gafas de sol al salir a la calle y llamó un taxi. El taxi paró y ella montó en la parte trasera.
-Lléveme a la calle Palmera.
El taxi arrancó. Ya se creía que se había librado del pesado cuando, una vez el taxi estaba en plena marcha por una concurrida calle, una voz familiar dijo:
- Que casualidad, majestad. Vamos a la misma calle- Álex asomó desde el asiento delantero, sonriendo.
-¿¡Qué demonios haces tú aquí?!
-Quería hacer un poco de turismo antes de la hora de cenar-sonríe pícaramente.
-Taxi, pare aquí, por favor-paga y se baja.
En ese momento aparece un joven alto y rubio, de unos ojos verdes esmeralda que se acerca a la joven, tras abrazarla, le ayuda con las maletas y se alejan juntos por la calle. Alex se queda mirando incrédulo como su compañera de clase y su "Majestad" se aleja con un completo desconocido para él.
Pasaron dos días en que Elizabeth no vio a Álex. Óscar era un primo lejano suyo, él fue quien invitó a Elizabeth a pasar unos días al Caribe. Ella habló largo y tendido sobre Álex.
-Ese Álex es un poco capullo, ¿no?- dijo Oscar, con un poco de acento. 
-¿Un poco? Si hubiera un jefe de capullos, él mandaría sobre él. Y lo peor es que voy a tener que verle a menudo por la maldita tesis doctoral.
- Venga, -dice Oscar, cogiéndole la mano, y besando su mejilla. -Olvídate de él por hoy. Estás en el paraíso. Disfruta de la playa.
****
Elizabeth tomaba el sol relajada, con un precioso bikini azul oscuro, que embellecía su hermoso cuerpazo. Entonces oye "su voz":
- Tenga cuidado, alteza, hay paparazzi por todos lados.
Ella se incorpora y ve, cómo no, a Álex.
-¿Eres un acosador o algo así?- pregunta.
-Tranquilo-le dice -He venido a darme un baño, y te vi, y sería de mala educación no saludarte.
Dicho esto, se quitó su camiseta, lanzándola a la arena, y dejando ver un musculoso torso. Alex se tiro de cabeza al mar, con la mirada de Elizabeth fija en el.
La joven se volvió a colocar sus gafas y a tomar el sol, no quería hablar ni ver a Álex, pasaron los minutos y todo estaba demasiado tranquilo, por lo que se quito las gafas y descubrió que ya no estaba por allí cerca ese niño mimado.


Se levanta y deja sus cosas en la toalla, coge la tabla de surf y corre hacia el agua. Se lanza al mar y empieza a nadar hasta la próxima ola que se aproximaba, le pone de pie y empieza a tomar la ola. La gente de la playa se queda embobada viendo como surfea, aprecia una diosa de las olas, y para no ser menos Alex también estaba pendiente de ella. Corre hacia el mar también con una tabla y toma la misma ola que ella, no estaba dispuesto a dejar que ella le ganara, ni en broma.
-Majestad, usted esta llamando la atención como siempre, ¿no se cansa?
-¿Pero cómo...?
En ese momento se produce un cambio en la ola y ella pierde el equilibro de la tabla cayendo al agua, sale la tabla a la superficie. ¿Pero dónde está Elizabeth? Álex llegó a la orilla, seguro de haber ganado.
-Su majestad debe darse más prisa la próxima vez si quieres que te gan...-vio que no estaba.
-¿Lizzy?-la llamó.
Toda la playa estaba pendiente del agua. No había rastro de la joven por ninguna parte. Óscar se quedó mirando el agua, pero no se atrevía a lanzarse al mar.
Pero Álex era distinto. Sin pensarlo se tiró al agua, y nadó mar adentro, llegó al punto en que empezaron a surfear y se sumergió. Toda la gente estaba pendiente de aquel joven. Álex salió a la superficie con el cuerpo inconsciente de Elizabeth.
La llevó en brazos hasta la orilla, la depositó delicadamente en la arena, apoyó sus labios contra los suyos, y le insufló aire, para a continuación, expulsarlo apretando el pecho. Lo repitió varias veces hasta que la joven despertó. 
La joven abre los ojos confundida, luego se da cuenta de que Alex la esta besando y lo aparte lejos de ella.
-¿Se puede saber que haces?
-Salvarte de morir ahogada, no hace falta ser tan borde.
-Aléjate de ella Alex-le dice Oscar-y no te vuelvas a acercar.
-Tranquilo la próxima vez dejare que muera. Como ibas a hacer tú-le echa en cara Álex-gallina.
-Basta, vámonos Óscar, no tengo ganas de más peleas por hoy.
Oscar la levanta y se la lleva en brazos al hotel mientras que Alex se queda mirándolos, como se marchan. “Que chica tan estúpida” piensa recogiendo su tabla. De pronto ve caer de ella una pequeña pulsera, era la que llevaba Lizzy al surfear. ¿Qué hacia enganchada en su tabla?

Presentación

En Octubre del 2012 dos mentes prodigiosas, creadoras de exitos como Perdicion y Verano de Confusion, se unieron para crear una historia, de miedo, suspense, aventura, amistad y ¿porque no? algo de amor...
Rafa, el amor mejor dejarlo ahí como quien no quiere la cosa y si surge pues lo ponemos, así se queda menos llamativo :)
Esta Lyd y su animadversión a escribir sobre literatura romántica jajaja, como no :P
Bueno Rafa, no nos vayamos por las ramas, (los lectores no tienen que saber detalles como ese) que a ellos lo que les gusta es saber un poco de este blog y de nosotros sus creadores.
Bueno me presento, soy Lydia Macan, aunque me conocen por Lyd, adoro escribir relatos y poesía en determinados momentos, tambien tengo un blog que se llama
lyd-lecturaydiversion.blogspot.com.es/
Ahora os dejo con mi socio y que se presente :)
Soy Rafa y escribo, al igual que mi socia, relatos y letras. Igualmente tengo un blog
vibrato22.blogspot.com/

El destino hizo que nuestras mentes se unieran para crear una obra, ¿sera el destino capaz de unir a nuestros protagonistas?
En este blog podréis leer la historia de Álex y Elizabeth, dos estudiantes de arqueología que en su último año de universidad, comparten unas vacaciones un tanto movidas... pero que el destino vuelve a unir al año siguiente, en que una competición de surf accidentada los obliga a refugiarse en un antiguo castillo que oculta un terrible y oscuro secreto...
El destino hizo unirse a nuestras mentes para crear esta historia, que esperamos, os guste tanto como a nosotros escribirla.
Besos y abrazos de Lyd y Rafa