jueves, 1 de noviembre de 2012

Capítulo 2: Los escritores (parte 1)

La joven pareja se sentó en el reservado al fondo del restaurante, junto una ventana que daba a la playa, que estaba realmente hermosa a la luz de la luna.
Lizzy se sentó frente a Alex quien había retirado la silla de la joven para que se sentara.
- Gracias - dijo ella.
- Un placer- dijo, sonriendo.
Se quedaron mirando un largo tiempo a los ojos, sin decir nada, en silencio. Pero no era un silencio incómodo... era un silencio de no hace falta decir nada.
El camarero llegó para anotar el pedido.
Una vez pidieron, se dedicaron a hablar, para ir conociéndose.
-Mira te voy a contar una anécdota muy divertida, de cuando yo era una niña.
-Venga, cuéntame-me sonríe y se le forman dos hoyuelos.
-Estaba un día con mis padres dando una vuelta por el centro de la ciudad, era un bonito día de invierno y faltaba poco para la nevada anual-le miro con ojos brillantes-adoro la nieve y el mar.
-Unos gustos contradictorios.
-Si bueno, pero no nos vayamos por las ramas que me pierdo.
-Normal, no eres un mono...bueno mona-dice con mirada picara.
-Enserio, tu sentido del humor es retorcido-sacudo la cabeza divertida.
-Lo mismo puedo decir del tuyo, que es peor aun-me guiña un ojo-bueno venga cuéntame la historia que tengo curiosidad.
-Está bien-miro por la ventana y dejo que mi mente viaje al pasado-Estaba el cielo despejado y no hacia demasiado frío, mis padres y yo nos sentamos en una cafetería para tomar un chocolate caliente y allí había una familia con un crío de mi edad supongo, era muy mal criado porque estaba llorando porque no le compraban otro coche nuevo y tenia uno al lado nuevecito. Mas tarde el destino quiso que me lo encontrara de nuevo, pero adulto y yo le llame niño mimado cada vez que se dirigía a mi, era un incordio y un chulo.
-Pues vaya idiota, parece.
-Parece no, lo es, o lo seguirá no lo se, hace tres años que lo perdí de vista gracias a dios.
Alex sonríe.
- Bueno, ya que tú me has contado algo, sería justo que yo lo hiciera también.
- Me gustaría oírla- dice ella, sonriendo.- Aunque seguro que no es tan divertida como la mía.
- La mía quizás sea más... entrañable.
Hace tiempo... quizás tendría doce años más o menos... cuando solían obligar a los estudiantes a participar en obras de teatro escolares...
- No me hables de esa época- dice ella, resoplando.- Lo odiaba.
- No me interrumpas, querida- dice él, imitando un acento inglés.- El caso es que cuando finalizó la obra, mis amigos y yo nos cambiamos de ropa y tal, y seguimos viendo el resto de obras, para... me avergüenza decirlo, reírnos. Tocaba la obra de La Bella Durmiente, y nos estuvimos riendo hasta que vimos a Aurora, la princesa... WAW... si la hubieras visto... Pero todos siguieron burlándose de ella, y yo me enfadé y pegué al que era mi mejor amigo... me expulsaron del salón de actos, y cuando quise hablar con ella, me dijo que no le gustaban los niños bestias...
Desde aquel día y durante mucho tiempo, intenté llamar su atención, sin obtener nunca respuesta... al menos la que esperaba... Llevo... pues creo que hará 3 años que no la veo.
- Lo siento- dice ella, cogiendo su mano.
- No importa... Conozco a alguien mejor que ella. - sonríe
Tras esto salen a bailar, mientras llega la cena. Todo el restaurante está pendiente de ellos.
Lizzy apoya la cabeza en el hombro de Alex, mientras deja que la guíe por la pista. Nunca se había sentido tan cómoda con un chico... era como si fuera ella misma...
Alex sonrió tímidamente... su corazón latía con fuerza, se sonrojó ligeramente, tragó saliva y dijo:
- Oye, ¿sabes qué? No eres para nada como las demás chicas.
- ¿Ahora te das cuenta?- dice en broma.
- Antes dijiste que conocería a alguna otra chica...
- Si- dijo ella.
- No quiero conocer a otra... Quiero conocerte a ti. Y me gustaría seguir viéndote fuera de aquí, en casa.
levanta la cabeza y lo mira a los ojos durante unos largos segundos o eso le parecen a él.
-No creo que sea...posible.
-¿Por qué?
-Viajo mucho por trabajo y...
-Amigo, ¿me deja bailar con esta preciosidad?
-Oscar que quieres?
-Bailar querida-sonríe malevolamente.
-Creo que no amigo,esta conmigo.
-Cállate idiota y esfúmate-dice con tono amenazante.
Oscar golpea con el codo a Alex, tirandolo al suelo y coge con fuerza a Lizzy.
- Oscar, ¡ya puedes soltarme ahora mismo! ¿No tenias una cita?
- Me ha dado planton... dice que soy un borracho obsesivo y agrsivo... pero esta noche tenia una idea en mente y pienso cumplirla, me da igual si con ella o contigo- dijo mirandola lascivamente
- ¡He dicho que me sueltes! - dice ella, dando una bofetada a Oscar, quien la suelta y se la devuelve.
En ese instante, Alex placa a Oscar cayendo los dos al suelo.
- La señorita te ha pedido que la dejes en paz, capullo. Hazle caso, o no respondo de lo que puede pasar.
-Mira idiota, no te metas en esto que no te incumbe.
-Resulta que si, es mi cita-le fulmina con la mirada.
-Lizzy, ¿como es posible que estés con este idiota?
-NO te importa, lárgate.
Oscar se quita a Alex de encima y se pone cara a cara con ella, la coge y se la cuelga en el hombro mientras ella patalea por soltarse. Alex corre hacia ella, pero Oscar es rápido y de un golpe lo deja inconsciente y tirado en el suelo.
-¡No!-exclama ella preocupada por el chico.
La gente del restaurante intenta socorrer a Lizzy pero Oscar es muy rapido.
Al principio podian oir a la joven gritar pero enseguida sus gritos se vieron ahogados. Ya no había mas ruido que el silencio de la noche...

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